MOMENTOS EN ICONIO.

  MOMENTOS EN ICONIO.

Henry Ford dijo “la vida no es esperar a que pase la tormenta, es aprender a bailar bajo la lluvia”

HECHOS 14.19 Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le sacaron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto.

Todos tenemos esos momentos en Iconio donde parece todo está perdido, donde las esperanzas parecen abandonarnos, donde en lugar de recibir un gracias recibimos una piedra por respuesta, pero quien jamás nos abandona es Dios, si confiamos en Él.

Las tormentas, los momentos difíciles, los días en Iconio, son parte del camino, no se pueden evitar.

No permitamos que esos momentos nos apaguen la fe, al contrario es ahí donde debemos alimentar nuestra fe.

La escritura menciona que a Pablo lo rodearon otros discípulos, se levantó y continuo con la tarea.

Es en esos momentos difíciles es donde debemos rodearnos de gente correcta, de personas que nos levanten, que nos ayuden a ir a nuestro próximo nivel, que crean en nosotros, que oren por nosotros, que nos impulsen a cumplir nuestra misión, y no de personas que nos aplasten, que sea como lastre en vez de ayuda.

La gente que nos rodea nos aplasta o nos levanta, nos motiva o nos roba nuestra fe.

En esos momentos duros necesitamos blindarnos.

En cierta ocasión en medio de la noche, en la cárcel, encadenados, golpeados, Pablo y Silas oraban y cantaban a Dios, Jesús momentos antes de la crucifixión en el huerto de Getsemaní oraba a su padre en medio de la angustia y dolor.

La oración, la fe, la palabra de Dios, son algunas de las buenas armas espirituales que tenemos a nuestro favor para blindarnos.

Los momentos duros nos impulsan o nos detienen.

esos momentos de riesgo, de dolor, de desprecio, de ingratitud, pudieron detener a san Pablo, pero jamás se detuvo, al contrario, lo impulsaron a seguir adelante, se mantuvo enfocado en la misión que abrazó.

Los momentos duros, los momentos en Iconio, son inevitables en el camino, pero también si confiamos en Dios su presencia es inevitable con nosotros.

EN LOS DÍAS SOMBRÍOS TAMBIÉN DIOS ESTA CON NOSOTROS.